viernes, 29 de abril de 2011

Rodolfo "Piri" Gonzalez



Mi vida fue como el arroyo...
anunciar el aleluya a los pobres
y pulirse en el interior;
canto rodado con el pueblo
y silencios de "encuentros"...
contigo... solo... Señor.



Gracias por compartir con nosotros tus vivencias, tus conocimientos, tus experiencias, tus consejos... Dios ya estará premiándote por tanto "amor" sembrado. 

miércoles, 27 de abril de 2011

¿Resurrección solo litúrgica o también real?

Hay una Iglesia de muerte y exclusión, la de los cristianos aburridos y pegados a las leyes. También existe una Iglesia Joven, la de los que se juegan por la verdad del Evangelio, que no expulsan al pecador, sino que lo acompañan hasta en el camino más difícil.
 
Hay una Iglesia de muerte y solo de viernes santo, la que vive del adoctrinamiento, la que posee todas las verdades y ninguna duda. Esa Iglesia de la carrera eclesiástica, de los títulos honoríficos y los primeros puestos. También hay una Iglesia resucitada: esa que acompaña el dolor, no se asusta con la humanidad, ni se pavonea con el poder.
 
Convivimos con una Iglesia de caras tristes preocupadas por la blancura del mantel e indiferentes con el niño pobre o el adolescente inquieto, una Iglesia que obliga a escuchar largas homilías, pero que escucha poco. Estamos viviendo también una Iglesia resucitada de comunidad, amistad y atraída por el Evangelio más que por los rituales perfectos.
 
Nos sentamos en los bancos de la Iglesia con cristianos ocupados en resaltar su amistad con el sacerdote o la autoridad y buscar su beneplácito. Esa Iglesia de unos pocos haciendo todo. Compartimos el camino con la Iglesia de la resurrección que es comunidad, que sabe asistir al que sufre y anima al enfermo.
 
Sufrimos una Iglesia de visión obsoleta, extraña de los tiempos, que hace llevar pesadas cargas a los débiles, y ella ni siquiera suspira para montarlas. Creemos en un Iglesia de jóvenes aferrados a ideales, comprometidos con la vida y la justicia. Una Iglesia que es una casa, un patio y una escuela de vida.
 
Hay una Iglesia que mira para otro lado cuando la cosa se pone difícil, que invita a retirarse a los que no cumplen todos los requisitos y que sanciona a los más desobedientes y hasta ridiculiza a los que llegan tarde a misa. Asimismo, existe una Iglesia de resurrección, que respeta los ritmos de los hombres y mujeres del mundo, que cree en la amplitud de horizontes, en la variedad de pensamiento, en el pluralismo y en el cambio de los tiempos.
 
Hay una Iglesia acostumbrada a no pedir permiso, a no esperar su turno, a hacer todo rápido y eficazmente con puentes políticos y de poca claridad. Es esa Iglesia que tranza con cualquiera, con la excusa de “hacer el bien”. Sin embargo, también subsiste una Iglesia que sufre el martirio del olvido, el silencio de los medios de comunicación, la censura y el desprecio oficial; sin poder humano, sin privilegios. Ésa es la Iglesia más parecida a Cristo.
 
Tenemos una Iglesia de palcos oficiales, de invitados de honor, de ceremonias magníficas y de alfombras rojas. Aunque también está la Iglesia del pasillo peligroso en la villa, la que se sienta a charlar con el drogadicto, la del fondo en el suburbio y el bolsillo solo abultado por rosarios y caramelos.
 
Conocemos una Iglesia que recuerda la muerte y resurrección de Jesús, pero no sus enseñanzas. Hay otra Iglesia con el Evangelio en la vida y no en el atril, con la liturgia en la gente y no en exquisitos rituales.
 
Hay una Iglesia que predica la unidad, sin embargo, por dentro, el protagonismo es individual y dependiente de figuras. Muchos compiten por títulos, honores y nombramientos. Permanece todavía la Iglesia pequeña sin jefes, ni punteros, sin profetas intocables, que crece en comunidades de servicio, de solidaridad y de pobreza feliz.
 
Vivir la resurrección de Jesús no es solo una liturgia bonita con mucho canto y oraciones largas, es también dar un paso histórico para que “él” viva resucitado entre nosotros. La Iglesia que vive la resurrección de Cristo es de la esperanza, de la confianza en el hombre y la mujer de este tiempo. Es la Iglesia alegre y festiva. Es la Iglesia optimista en el joven que lo guía “hasta en el camino equivocado”. Es la Iglesia resucitada de los pobres, de los últimos, de los olvidados. Esta Iglesia de resucitados es Iglesia del compartir, de solidaridad. Es una Iglesia que ama al pecador y no lo excluye.
 
Esa Iglesia de luz y verdad, que no tiene nada que ocultar porque mantiene la coherencia. Es la Iglesia que entiende y se arrepiente de sus propios pecados y conduce al débil pecador.
 
Es una Iglesia que no busca milagros por todas partes porque cree en el milagro de la vida. Es un Iglesia de resurrección que se mueve al ritmo de los tiempos, porque Jesucristo se encarnó y resucitó para dar vida a todo. La Iglesia del resucitado tiene oídos que oyen sin escándalo, labios que dicen palabras dulces y también las necesarias, ojos que miran a un hermano, corazones que perdonan y aman.
 
La Iglesia resucitada vive la liturgia desde la vida de las personas conociéndolas y amándolas. Es una Iglesia resucitada que habita en el mundo real y no esconde las propias debilidades.
 
La Iglesia en clave de resurrección no se esconde o acomoda, convive con y entre la gente del pueblo. Es la Iglesia comprometida y animada por el Espíritu Santo que no tiembla por las dificultades o los poderosos. Es resucitada porque vive como Cristo. Es superjugada, entregada, valiente, viva, alegre, motivadora, rica de dones, participativa, inclusiva, misericordiosa, mártir... Es una Iglesia que convence.

por Germán Díaz 
Religioso Salesiano. Lic. en Comunicación Social
Publicado en revista on line San Pablo 

lunes, 25 de abril de 2011

Vivir la Pascua!



Tata Dios sintió que algo no andaba bien...
Miró al mundo y vio que la tierra era lastimada al ser explotada,
en vez de ser abrazada con solidaridad ...
mientras la explotaban, la iban acaparando;
ya no era tierra porque ya no era para todos.
Un poco sobresaltado, buscó a sus hijos
y contempló cómo se apuraban a agarrar a algunos de sus hermanos
y les clavaban las manos y los pies para quitarles su tierra,
su pan, su salario, su ropa, su dignidad, su vida ....
Entonces, Tata Dios se agarró la cabeza y gritó:
¿no les bastó que lo crucificaran una vez
para que entendieran el grito de la vida ?
¿Por qué lo siguen crucificando de nuevo en tantos otros?
Se dirigió a su Iglesia para ver qué estaba haciendo...
La encontró muy piadosa y atenta rezando al cielo,
y besando un hermoso crucificado de yeso ...
Tata Dios volvió a agarrarse la cabeza para volver a gritar:
¿por qué me buscan entre los muertos y encima de yeso?
¿Si yo estoy vivo con mi Hijo en cada uno de los crucificados
que ustedes no llegan a ver, porque no sacan la mirada 
de ustedes mismos y sus piadosas ceremonias?
Si quieren participar de mi Pascua,
juéguense por descrucificar a cada uno de los que sufren...
a todos los que puedan... haciendo todo lo que puedan...
bajen de la cruz a sus hermanos... ayúdenlos a resucitar,
que vivan más que ahora…
Porque si no, no encontrarán la vida;
andaremos caminos distintos…
     
P. Rubén Capitanio

Mensaje Pascual de Monseñor Aranzedo

En el Domingo de Pascua la Iglesia celebra la fuente de su existencia y de su vida. Ella nace de la persona y misión Jesucristo. No se trata del recuerdo de un hecho del pasado, sino de la actualización de un acontecimiento histórico que se realizó "una vez para siempre". Este es el significado de la Pascua, la vida de Cristo es presencia actual para el hombre.

No recordamos a un muerto ilustre que nos dejó una enseñanza, sino que nos encontramos con la presencia viva de Jesucristo. Esta verdad de la fe es la que celebramos de un modo especial en la Misa de cada domingo, donde nos reunimos para escuchar la Palabra de Dios y participar de la Resurrección de Jesucristo. No se trata, como vemos, de un recuerdo o reunión social, sino de actualizar y participar de la misma vida de Jesucristo. Esta convicción era tan fuerte en los primeros cristianos que decían: "no podemos vivir sin participar en la Misa del Domingo".

El hombre nuevo que nace de este encuentro pascual con Cristo está llamado a ser protagonista de un mundo nuevo. El triunfo de la Pascua no puede quedar encerrado en mi intimidad, sino que debe llegar a toda la creación. San Pablo decía: "Sabemos que la creación entera espera ser liberada de la esclavitud de la corrupción para participar de la gloriosa libertad de los hijos de Dios" (cfr. Rom. 8, 19-23). Toda la vida del mundo, tanto en su naturaleza como en el hombre con sus relaciones humanas y sociales, está abierta y a la espera de este encuentro con Cristo que la libere y transforme, para dar a luz, así: "un nuevo cielo y una nuevo tierra" (Ap. 21, 1). La Pascua no es un hecho individual, sino que tiene proyecciones sociales y cósmicas. Esto nos habla de la responsabilidad del cristiano que no puede privatizar la riqueza de su fe, sino que debe vivirla, trasmitirla y comprometerse para que el mundo encuentre la verdad de esta Vida que le pertenece, porque Cristo ha venido a traerla para todos.

Como vemos, celebrar la Pascua es motivo de alegría y gratitud, pero también de compromiso ante el mundo de este obrar de Dios. ¡Qué triste el rostro de una Iglesia o de un cristiano que celebra el Misterio de la Pascua como una rutina  litúrgica! Qué distinto es, en cambio, el rostro de una Iglesia y de un cristiano que viven en la liturgia ese "hoy" de Cristo, que desde su resurrección continúa comunicándonos su Vida como Alianza definitiva de Dios con el hombre. Anunciar que Cristo ha resucitado es el centro de nuestra fe y es motivo de esperanza para el hombre y toda la creación. Tan fuerte era para San Pablo esta verdad, que nos dice: "Si Cristo no ha resucitado es vana nuestra predicación y vana también la fe de ustedes" (1 Cor. 15, 14).

Celebrar la Pascua es participar de la presencia de Jesucristo como principio de una Vida nueva que es, al mismo tiempo, semilla de un mundo nuevo. Esto es lo propio del tiempo de la Iglesia, predicar y testimoniar la realidad de esta verdad. Al concluir la consagración en la Santa Misa el sacerdote dice: Este es el Misterio o el Sacramento de nuestra fe. Por ello la celebración de la Santa Misa, en la que se actualiza la Pascua de Cristo, es fuente y culmen de la vida cristiana. Reciban de su Obispo junto a mis oraciones y bendición, los mejores deseos para vivir esta Pascua del Señor.

Mons. José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

jueves, 21 de abril de 2011

Oración por la salud de Gustavo

Nos unimos en oración por la salud de Gustavo - amigo y miembro del Centro Vicente Zazpe- que será intervenido quirúrgicamente. 

Oh Virgen María, Salud de los enfermos,
que has acompañado a Jesús en el camino del Calvario
y has permanecido junto a la cruz en la que moría tu Hijo,
participando íntimamente de sus dolores,
acoge el sufrimiento de Gustavo y únelos a los de Él.

Madre misericordiosa, con fe nos volvemos hacia Ti.
Alcánzanos de tu Hijo el que nuestro amigo Gustavo 
pueda volver pronto,
plenamente restablecidos, a sus ocupaciones,
para hacerse útil al prójimo con su trabajo.

Mientras tanto, quédate junto a él en el momento
de la prueba y ayúdalo a repetir cada día contigo  "sí",
seguros de que Dios sabe sacar de todo mal un bien
más grande.


domingo, 17 de abril de 2011

Inicio de la Semana Santa


Con el Domingo de Ramos iniciamos la Semana Santa. A lo largo de esta Semana acompañaremos a Jesús que ha venido para comunicarnos una Vida Nueva que nos permita vivir como hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Los invito a disponernos a celebrar este camino de Dios. Pensar que Jesucristo ha venido para mí, es el mejor comienzo para vivir la Semana Santa. Con la entrada en Jerusalén Jesús inicia el camino de su hora definitiva, que se convertirá en el comienzo de su Vida para nosotros. Él quiere hacernos hombres nuevos, capaces de crear un mundo nuevo.

Si bien la vida cristiana es algo personal que nace de un encuentro libre con Jesucristo, este encuentro, sin embargo, está llamado a expresarse socialmente. Cuando Jesús nos deja el mandamiento del amor: "ámense unos a otros como yo los he amado", nos ha dejado el principio de la moral social que dice: "todo hombre es mi hermano". No podríamos llamar a Dios Padre, si no tenemos una relación fraterna entre nosotros. El nos diría no me llames Padre si has ofendido a tu hermano, que es también hijo mío. El Padre Nuestro, la oración que nos la ha enseñado Jesucristo, no es sólo un acto de diálogo con Dios, sino la puesta en práctica de nuestra fe en Dios, que es el Padre de todos. Un buen comienzo de la Semana sería examinar, desde una sincera meditación del Padre Nuestro, nuestra relación con Dios y nuestros hermanos.

Además de esta relación fraterna, la vida cristiana tiene una dimensión más amplia. La vida cristiana tiene que expresarse en una vida coherente con lo que se cree. El cristiano está llamado a cuidar y elevar desde el Evangelio este mundo que es obra de Dios. San Pablo nos dice: "todo es de ustedes, es decir, la política, el trabajo, el amor, pero nos recuerda, ustedes son de Cristo" (1 Cor. 3, 22). Esto significa que hay una manera cristiana de vivir en este mundo, incluidas las cuestiones políticas. Por ello la Iglesia nos recuerda que: "la conciencia cristiana bien formada no permite a nadie favorecer con el propio voto la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral" (Doctrina de la Fe). Es una grave responsabilidad del cristiano, o del político cristiano, ser claro y saber definirse en temas que hacen a la dignidad de la vida humana, por ejemplo, en el caso del aborto. Esto pertenece al ámbito moral de la fe y hace a su responsabilidad social y política.

Ser cristiano, como vemos, no es algo que pueda quedar en nuestra  intimidad sino que se debe testimoniar en la vida de la sociedad. La fe tiene consecuencias políticas que el cristiano debe saber asumir y comprometerse. Los invito en esta Semana a acercarse a su comunidad parroquial para vivir este camino de Jesucristo que es la fuente de esa Vida Nueva que nos traído. Reciban de su Obispo, junto a mi afecto y oraciones, mi bendición en el Señor.

Mons. José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

miércoles, 13 de abril de 2011

VIA CRUCIS JUVENIL

15 DE ABRIL DE 2011 - 20,30 hs.desde la Basílica del Carmen -  La Rioja yPeatonal San Martín-  hasta la 
Pquia. San Juan Bautista


martes, 12 de abril de 2011

Muertes por desnutrición


La vida se encuentra amenazada en muchas circunstancias. También cuando está empezando. Me cuesta –me duele– poner en palabras esta realidad pero hay que decirlo sin vueltas.
Desde el comienzo del embarazo hay riesgos en las mamás indigentes. Muy probablemente pagarán las consecuencias sus hijos, siendo niños pobres y desnutridos, quienes al crecer y hacerse más grandes, enfrentarán la violencia que desprecia la vida: las adicciones y los traficantes de la muerte. Serán los mismos que viven en la calle o hacinados sin vivienda digna, los ancianos abandonados por su familia y por la sociedad…
Perdón por repetir, pero duele describir estas realidades, que son historias verdaderas con rostros concretos, con nombre y apellido, con DNI, como vos o yo.
Hay muchos que no pueden gozar de la belleza de la existencia, de lo lindo que es vivir. Las causas están ligadas a la pobreza y a lo que llamamos exclusión social. Son aquellos que han quedado “fuera del sistema”. Para ellos no hay lugar. Son considerados sobrantes o descartables. Como si molestaran al conjunto social, se les hace sentir que están de más.
Hace poco participé de una reunión acerca de la situación en América Latina de los derechos humanos, y en particular de los más pequeños. Una mujer que consagra su vida a los niños en riesgo dijo algo así: “Lo que sembramos en los niños desde la concepción hasta que cumplan 6 años de vida es lo que cosecharemos después durante toda la vida”.
Y nos hacía pensar en la propia experiencia, la de cada uno.
Es un llamado de atención a todos como sociedad, para redoblar el compromiso de sembrar ternura, verdad, justicia.
Podemos también preguntarnos por qué estamos viendo y sufriendo tantas expresiones de violencia, adicciones, abusos. ¿Acaso hemos sembrado para otra cosa? La sabiduría popular dice que “el que siembra vientos, cosecha tempestades”.
Nos duelen los niños que mueren en nuestro país a causa de no haber recibido alimentación adecuada la mamá durante el embarazo y el niño en sus primeros meses y años. ¿Son muertes inevitables? ¿O solamente estamos viendo un zarpazo más de las mellizas malditas, corrupción e impunidad, en las que muchas veces se sumen los organismos responsables del Estado?
La organización CONIN que preside el Dr. Albino de la provincia de Mendoza, dice en uno de sus estudios que en la Argentina sufren desnutrición 260.000 niños menores de 5 años. Una bofetada. Primero bofetada para ellos y sus familias; luego para quien quiera poner la cara.
Los desarrollos evolutivos que no se alcanzan a los 6 años quedan truncos para toda la vida. Hace unos meses, un funcionario del ministerio de Salud decía en un reportaje que en la Argentina el 8% de los niños no llegan a los 10 años de edad con la estatura física que hubieran podido desarrollar si se hubieran alimentado bien. Una consecuencia dramática de la injusticia, la inequidad.
La muerte y la vida están en pugna, en lucha a brazo partido. Y no es sólo una batalla individual; es de toda la sociedad, todos nosotros. Recordemos lo que nos contaba Patricia en su testimonio de hace algunos domingos de lo que dice el Talmud: “Quien salva una vida, salva a la humanidad entera”.
Alguna vez, ante una obra de arte hermosa —un cuadro o una escultura— me pregunté imaginariamente ¿qué sentiría el artista si pisotearan el cuadro delante suyo, el que hizo con tanto esfuerzo, talento, cariño? ¡Cuánto mayor no será el sentimiento de dolor de Dios ante la vida despreciada y escupida y pisoteada en tantos de sus hijos!.
Por eso San Juan, en una de sus cartas que forman parte de la Biblia, fue tan contundente: “El que dice: Amo a Dios, y no ama a su hermano, es un mentiroso”. (1 Jn. 4, 20)

Mons. Jorge Eduardo Lozano, obispo de Gualeguaychú, 10 de abril 

domingo, 10 de abril de 2011

Boleta Única: datos útiles para un voto seguro

Santa Fe es la primera provincia  que implementará el sistema de Boleta Única en el país. El debut será en las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias del 22 de mayo. Los candidatos que resulten elegidos figurarán luego en las Boletas Únicas de las elecciones generales del 24 de julio.  Aquí una pequeña guía para saldar esas dudas.

¿QUÉ SE VOTA?
El 22 de mayo son las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, y los ciudadanos debemos elegir candidatos para las siguientes categorías:

*Gobernador y Vice Gobernador 
*Intendente (o presidente comunal)
*Senador Departamental (19 titulares y 19 suplentes, uno por cada Departamento)
*Diputados Provinciales (50 titulares y 10 suplentes)

*Concejales municipales o comisiones comunales y controladores de cuentas de comunas (titulares y suplentes)


Los candidatos que resulten electos en las primarias figurarán luego en las boletas únicas de la elección general del 24 de julio. De esta manera se define quién representa a cada partido o frente y el ordenamiento de la lista definitiva de cada agrupación para cargos legislativos (en este caso por aplicación del sistema proporcional D'hont). 

¿CÓMO SE VOTA?
Para estas elecciones provinciales se impulsa el sistema de boleta única. En el caso de Gobernador y Vicegobernador, Senadores e Intendentes, la boleta única contendrá junto al logo partidario, el nombre de los candidatos titulares y sus respectivas fotos. En el caso de los suplentes serán incluidos sólo con sus nombres.

Para la elección de Diputados Provinciales, Concejales, y miembros de comisiones comunales y controladores de cuenta titulares y suplentes, la boleta única contendrá la nómina de los tres primeros candidatos (el primero con foto) y sus suplentes. Las listas completas de candidatos con sus respectivos suplentes se exhibirán con un facsímil o afiche colocados dentro del propio box, en el salón de votación y con anterioridad en lugares públicos. 

A cada opción electoral le corresponde un casillero, donde el elector debe efectuar una marca de cualquier tipo para que su voto sea válido. Si marca dos veces, el voto será nulo.

PASOS A SEGUIR AL MOMENTO DE VOTAR
1) El elector concurre al lugar de votación con su documento.
2) El presidente de mesa le dará una boleta por cada categoría electoral  y un bolígrafo. Cada boleta tiene un color diferente y toda la oferta electoral de esa categoría es exhibida en la misma papeleta (incluso el voto en blanco tiene un casillero). 
3) El elector ingresará a un box individual con todas las boletas, donde deberá efectuar una opción electoral por cada boleta con una marca de cualquier tipo con el bolígrafo entregado por la autoridad de mesa. (Cada mesa podrá tener hasta 5 boxes, por lo que se podrá votar simultáneamente para agilizar el voto).
4) Luego de marcar una opción por categoría el elector pliega cada boleta, vuelve a la Mesa y las coloca en la urna que contendrá cinco bocas, una por cada categoría. Cada abertura de la urna estará identificada con el color de la boleta y la denominación de la categoría, pues cada compartimento es individual y está dividido del resto. 

¿DÓNDE SE VOTA?
A partir de los próximos comicios, los padrones estarán unificados. Ya no habrá mesas femeninas y masculinas, en consecuencia la mayoría de los ciudadanos tendrán asignado un lugar diferente de votación. Por eso es imprescindible que con antelación los electores consulten los padrones y averigüen a qué lugar deberán concurrir el 22 de mayo para emitir su voto.

Los padrones se pueden consultar en el Tribunal Electoral desde su página web www.tribunalelectoral.santafe.gov.ar



domingo, 3 de abril de 2011

En memoria de los caídos en las islas Malvinas

Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente, 
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente