La presente Declaración es el trabajo conclusivo del Diálogo de Alto Nivel sobre Educación para la Inclusión Social que se llevó a cabo en Buenos Aires en agosto de este año organizado por el CELAM y se dirige a los presidentes de los estados iberoamericanos.
(...)Como obispos, pastores y líderes religiosos de América Latina y El Caribe, comprometidos históricamente con la vida digna de nuestros pueblos y con una auténtica democracia, consideramos de suma importancia la realización de la XX Cumbre de Jefes de Estado de Iberoamérica, en la que han de darse pasos sustanciales para profundizar la cooperación entre los países en favor de la educación para la inclusión social. La verdadera democracia supone la participación real del conjunto de los ciudadanos en la toma de decisiones que afectan a todos y para ello, es fundamental la educación, entendida no solamente como instrucción, sino como formación en valores y en responsabilidad, en lo que hoy se llama el empoderamiento de los ciudadanos para que lleguen a ser sujetos gestores de su propio destino.
I. La realidad de la educación en América Latina y El Caribe, nos interpela:
1. En el escenario social actual de América Latina y El Caribe, la pobreza y la exclusión social son situaciones estructurales alarmantes. Los pobres son explotados, oprimidos y marginados de la dinámica social; son ignorados y a quienes se les niega una vida digna; Se les considera sobrantes y desechables (Cfr. DA n. 65).
2. Es notorio que las tasas de mortalidad infantil en hogares con madres que sólo cuentan con primaria incompleta en la Región, duplican a las de hogares con madres con secundaria. Ello demuestra que existe una relación estrecha entre esperanza de vida y niveles de educación. Así mismo, las situaciones de mala nutrición infantil, que alcanza al 16% en la Región, tienen consecuencias en el desarrollo cognitivo, generando, antecedentes potenciales de exclusión social y escolar que deben ser atendidos.
3. Pese a los avances que se vienen logrando, los déficits en escolaridad son considerables. Seis millones de jóvenes entre 15 y 19 años no terminan la escuela primaria. Sólo el 43% de los niños la terminan a tiempo, en la edad y número de años previstos. No finalizan la secundaria el 70% en Guatemala, Honduras y Nicaragua, y el 50% en Bolivia, Brasil, Colombia, Panamá y Paraguay (Información de SERCE-UNESCO 2002/8).
4. En la Región, de acuerdo con la fuente SERCE-UNESCO, el 20% de las escuelas no tienen agua potable, un 33% no tienen servicios higiénicos suficientes, un 47% carecen de bibliotecas, un 63% no cuentan con sala de computación y hay, en promedio, sólo, 16 computadoras por escuela. Un 66% de los adolescentes y jóvenes nunca usaron Internet, constituyendo una verdadera brecha tecnológica, limitando sustancialmente el acceso a la sociedad del conocimiento(...)
5. La cultura vigente, que con frecuencia desconoce muchos de los valores humanos y trascendentes, entre ellos la libertad, la responsabilidad ética y la solidaridad, no colabora, como se requeriría, en el respeto por la vida, la dignidad de la persona y la familia, dada la prioridad del Bien Común en la sociedad.
6. Hay que reconocer que se han dado significativos avances en la Región en cuanto al acceso al sistema escolar, aunque no así en la calidad que estos sistemas de educación formal ofrecen. El sólo acceso y permanencia en el sistema no garantiza la calidad del aprendizaje. Es necesario renovar la Escuela desde los principios, valores y procedimientos pedagógicos que garanticen un desarrollo humano personal y comunitario. La escuela, como está hoy, resulta ser productora de mano de obra sin posibilidad de inserción laboral, generando una inmensa muchedumbre de desocupados. El modelo educativo muchas veces viene impuesto desde fuera sin tener en cuenta una de las grandes riquezas del Continente que es la diversidad cultural. En algunos países la escuela en las zonas rurales desarraiga a los jóvenes con un proceso urbanizante que favorece el éxodo hacia las grandes ciudades.
II. El valor de la educación, hoy
2. Es notorio que las tasas de mortalidad infantil en hogares con madres que sólo cuentan con primaria incompleta en la Región, duplican a las de hogares con madres con secundaria. Ello demuestra que existe una relación estrecha entre esperanza de vida y niveles de educación. Así mismo, las situaciones de mala nutrición infantil, que alcanza al 16% en la Región, tienen consecuencias en el desarrollo cognitivo, generando, antecedentes potenciales de exclusión social y escolar que deben ser atendidos.
3. Pese a los avances que se vienen logrando, los déficits en escolaridad son considerables. Seis millones de jóvenes entre 15 y 19 años no terminan la escuela primaria. Sólo el 43% de los niños la terminan a tiempo, en la edad y número de años previstos. No finalizan la secundaria el 70% en Guatemala, Honduras y Nicaragua, y el 50% en Bolivia, Brasil, Colombia, Panamá y Paraguay (Información de SERCE-UNESCO 2002/8).
4. En la Región, de acuerdo con la fuente SERCE-UNESCO, el 20% de las escuelas no tienen agua potable, un 33% no tienen servicios higiénicos suficientes, un 47% carecen de bibliotecas, un 63% no cuentan con sala de computación y hay, en promedio, sólo, 16 computadoras por escuela. Un 66% de los adolescentes y jóvenes nunca usaron Internet, constituyendo una verdadera brecha tecnológica, limitando sustancialmente el acceso a la sociedad del conocimiento(...)
5. La cultura vigente, que con frecuencia desconoce muchos de los valores humanos y trascendentes, entre ellos la libertad, la responsabilidad ética y la solidaridad, no colabora, como se requeriría, en el respeto por la vida, la dignidad de la persona y la familia, dada la prioridad del Bien Común en la sociedad.
6. Hay que reconocer que se han dado significativos avances en la Región en cuanto al acceso al sistema escolar, aunque no así en la calidad que estos sistemas de educación formal ofrecen. El sólo acceso y permanencia en el sistema no garantiza la calidad del aprendizaje. Es necesario renovar la Escuela desde los principios, valores y procedimientos pedagógicos que garanticen un desarrollo humano personal y comunitario. La escuela, como está hoy, resulta ser productora de mano de obra sin posibilidad de inserción laboral, generando una inmensa muchedumbre de desocupados. El modelo educativo muchas veces viene impuesto desde fuera sin tener en cuenta una de las grandes riquezas del Continente que es la diversidad cultural. En algunos países la escuela en las zonas rurales desarraiga a los jóvenes con un proceso urbanizante que favorece el éxodo hacia las grandes ciudades.
II. El valor de la educación, hoy
7. La educación, vinculada al desarrollo integral de las personas, ofrece oportunidades de reafirmar su dignidad a quienes han sido excluidos en la sociedad. Para ello es necesario pasar de la retórica de los discursos a la acción programada, ordenada y sostenida en el respeto y cuidado de la familia (...)
8. Si bien no todos los problemas de la exclusión social pueden resolverse sólo desde el sistema escolar, la educación debe ser asumida como una prioridad política (...)
9. La exclusión se acentúa cuando se dejan de lado los principios educativos generales en nombre de políticas meramente compensatorias, así como cuando se evidencia la ineficiente interacción entre ambas (...)
9. La exclusión se acentúa cuando se dejan de lado los principios educativos generales en nombre de políticas meramente compensatorias, así como cuando se evidencia la ineficiente interacción entre ambas (...)
10. La Educación de la persona se realiza en diferentes espacios donde sea posible su formación integral (intelectual, ética, estética, espiritual, afectiva y corporal) y en ámbitos como los de la familia, la escuela, las comunidades de fe, los medios de comunicación y otros. (...)
11. Las Políticas Educativas deben estar acompañadas coherentemente por otras Políticas Públicas que permitan la eficiencia y eficacia de otras acciones que consideren la necesidad de educar para el compromiso, para la justicia y la solidaridad; que tiendan a unir educación con hábito de trabajo, tal como es el caso del desarrollo de capacidades de adolescentes y jóvenes.
12. Considerar a la educación meramente como un “gasto” para la economía de los países es no reconocer que es una inversión necesaria para sustentar el desarrollo de las naciones y que en el siglo XXI resulta imprescindible.
13. En esta tarea debe evidenciarse un diálogo democrático entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil que garantice una verdadera participación ciudadana. La participación de la sociedad en la Educación debe asumir un rol comprometido(...)
III. En consideración de lo anterior, proponemos:
1. Favorecer una renovación de la escuela, donde ésta se acerque más a la realidad y se convierta en un lugar de encuentro de personas, familias e instituciones(...)
2. Orientar la cultura escolar no sólo hacia la instrucción y el aprendizaje. Hay que promover dicha cultura escolar entendiéndola como forma de integrar criterios de enseñanza, de evaluación, formas de convivencia, vínculos con la familia y la comunidad, desarrollo de acciones deportivas, festivas y recreativas, expresiones artísticas. Se ha de favorecer el acceso a las nuevas tecnologías que requiere la sociedad del conocimiento (...)
3. Incrementar la universalización del acceso a la educación a todos los niveles, especialmente en el nivel Inicial y Secundario, teniendo especial atención a la primera infancia.
4. Promover la educación permanente en tanto derecho de todos y para toda la vida (...) Se debe reconocer y valorar la madurez de la persona y la transmisión de la cultura de generación en generación destacando el valor de la comunidad con equidad y justicia, a la que pueden aportar los adultos mayores.
5. Implementar acciones de calidad para la formación de personas que promuevan la transformación de la sociedad, el cuidado de la ecología y el ambiente así como la inclusión social (...)
6. Cualificar la formación de docentes, para que respondan eficazmente al desarrollo de la educación intercultural e intracultural, en un proceso de diálogo e integración, que exige la complejidad del escenario latinoamericano y caribeño.
7. Llevar a cabo políticas públicas eficaces para la redistribución de la riqueza y de los ingresos, que permitan a las familias obtener empleos dignos y muy especialmente el acceso a la seguridad social y la jubilación.
8. Realizar un planeamiento estratégico a mediano y largo plazo que establezca prioridades educativas básicas, según la situación de cada pueblo.
9. Establecer un Presupuesto Público mínimo, no menor del 6% del PBI, destinado a la educación como política de Estado, así como una gestión eficiente y transparente del mismo, con adecuada rendición de cuentas a la sociedad (...)
Suscriben: CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, CONSEJO LATINOAMERICANO DE IGLESIAS, COMITÉ LATINOAMERICANO DE LA CONF. MUNDIAL DE RELIGIONES POR LA PAZ, CONGRESO JUDIO LATINOAMERICANO, ORGANIZACION ISLAMICA PARA AMERICA LATINA Y EL CARIBE
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