La convocatoria fue novedosa, pero la respuesta de los vecinos superó toda expectativa. Miles de personas se tomaron de las manos y formaron una cadena humana que unió 48 cuadras, casi la mitad de la ciudad, desde barrio Jardín Mayoraz hasta Casa de Gobierno.
A las 15, un grupo de padres coordinadores ya estaba frente a la casa Gris. En sus manos tenía una caja con la totalidad de las firmas de adhesión juntadas, que superaban las nueve mil. Minutos después, llegó el gobernador Hermes Binner quien, acompañado por más de medio gabinete de ministros, dialogó durante una hora y media con la monja Sor María Teresa Mauad, el sacerdote Axel Arguinchona, el arzobispo Arancedo y un grupo de padres coordinadores del abrazo simbólico.
“El problema de la seguridad debe ser abordado de manera integral. Los tres poderes del Estado están trabajando, pero para poder avanzar también es necesaria la colaboración de toda la comunidad”, expresó el gobernador, dejando abierta las puertas al diálogo a largo plazo.
Políticas de inclusión
“Si bien el eje de la manifestación refiere a materia de seguridad, sabemos que sólo con más policías en la calle no se termina el problema”, expresó Sandra, una de las organizadoras de la manifestación.
En este sentido, el ministro de Desarrollo Social, Pablo Farías, coordinó una reunión para la semana próxima con Mauad, para comenzar a proyectar políticas activas de inclusión social, a partir de las propuestas detalladas en el petitorio.
Tras el encuentro, en diálogo con la prensa, los representantes de la cadena humana expresaron que fue una reunión muy “amena” –a pesar de lo contundente del reclamo– y que a priori estaban “muy conformes con la respuesta del gobernador”.
Diario Uno , Santa Fe 21/09/10
Felicito a la gente que reclamó sin quemar gomas ni cortar calles demostraron que se puede manifestar sin perjudicar a los demàs
ResponderEliminarMuy atinada tu apreciación Ema; este abrazo simbólico ha sido un claro ejemplo de que los vecinos nos podemos unir en un reclamo justo, hacer propuestas para superar una problemática social -tal como las que se han presentado en el petitorio- y en consecuencia participar activamente haciendo nuestros aportes en el forjamiento de una convivencia más fraterna, más justa, más pacífica.
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