lunes, 29 de noviembre de 2010

Ángelus del 1er. Domingo de Adviento

                                        “El hombre está vivo cuando espera”

S.S. Benedicto XVI

Noviembre 28, 2010 
www.zenit.org 
¡Queridos hermanos y hermanas!

Hoy, primer domingo de Adviento, la Iglesia inicia un nuevo Año Litúrgico, un nuevo camino de fe que, por una parte, hace memoria del acontecimiento de Jesucristo, y por otra, se abre a su cumplimiento final. Es precisamente desde esta doble perspectiva de donde vive el Tiempo de Adviento, mirando tanto a la primera venida del Hijo de Dios, cuando nació de la Virgen María, como a su vuelta gloriosa, cuando vendrá a “juzgar a vivos y muertos”, como decimos en el Credo. Sobre este sugestivo tema de la “espera” quisiera ahora detenerme brevemente, porque se trata de un aspecto profundamente humano, en el que la fe se convierte, por así decirlo, en un todo con nuestra carne y nuestro corazón.


La espera, el esperar es una dimensión que atraviesa toda nuestra existencia personal, familiar y social. La espera está presente en mil situaciones, desde las más pequeñas y banales hasta las más importantes, que nos implican totalmente y en lo profundo. Pensemos, entre estas, en la espera de un hijo por parte de dos esposos; a la de un pariente o de un amigo que viene a visitarnos de lejos; pensemos, para un joven, en la espera del éxito en un examen decisivo, o de una entrevista de trabajo; en las relaciones afectivas, en la espera del encuentro con la persona amada, de la respuesta a una carta, o de la acogida de un perdón... Se podría decir que el hombre está vivo mientras espera, mientras en su corazón está viva la esperanza. Y al hombre se le reconoce por sus esperas: nuestra “estatura” moral y espiritual se puede medir por lo que esperamos, por aquello en lo que esperamos.

Cada uno de nosotros, por tanto, especialmente en este Tiempo que nos prepara a la Navidad, puede preguntarse: yo, ¿qué espero? ¿A qué, en este momento de mi vida, está dirigido mi corazón? Y esta misma pregunta se puede plantear a nivel de familia, de comunidad, de nación. ¿Qué es lo que esperamos, juntos? ¿Qué une nuestras aspiraciones, qué las acomuna? En el tiempo precedente al nacimiento de Jesús, era fortísima en Israel la espera del Mesías, es decir, de un Consagrado, descendiente del rey David, que habría finalmente liberado al pueblo de toda esclavitud moral y política e instaurado el Reino de Dios. Pero nadie habría nunca imaginado que el Mesías pudiese nacer de una joven humilde como era María, prometida del justo José. Ni siquiera ella lo habría esperado nunca, pero en su corazón la espera del Salvador era tan grande, su fe y su esperanza eran tan ardientes, que Él pudo encontrar en ella una madre digna. Del resto, Dios mismo la había preparado, antes de los siglos. Hay una misteriosa correspondencia entre la espera de Dios y la de María, la criatura “llena de gracia”, totalmente transparente al designio de amor del Altísimo. Aprendamos de Ella, Mujer del Adviento, a gestionar los gestos cotidianos con un espíritu nuevo, con el sentimiento de una espera profunda, que solo la venida de Dios puede colmar.

Recordando a Osvaldo Catena

Un 29 de noviembre pero de 1986 el Padre Osvaldo Catena marchó hacia la casa del Señor. Tal como lo expresara Mamerto Menapace "desde la gloria, el Padre Osvaldo nos sigue alentando en la certeza de que cuando se comparte, siempre sobra" 

sábado, 27 de noviembre de 2010

Preparando la llegada de Jesús

El trajín cotidiano, el consumismo,  el vértigo propio de fin de año pueden distraernos y alejarnos del profundo sentido de la preparación de la Navidad.  
Te proponemos espiritualizar el Adviento en tu vida diaria, para lo cual te presentamos un "Calendario de Adviento" - elaborado en base al efectuado por una laica española Patricia Rojo  - que nos puede servir de guía en la preparación de nuestros corazones.
Si lo practicas en familia seguro será más fácil, recuerda que un gesto hecho con amor por más pequeño que sea puede hacer la diferencia. 


                              Calendario de Adviento          
28: ATENDER: Dios llega a tu vida de mil maneras ¿te das cuenta?
29: RESPONDER a las necesidades de los demás, aunque no vengan bien con nuestros planes
30: COMPROMISO, elige algo sencillo que puedas cumplir y comprométete
1: GENEROSIDAD, compartir a veces no es tan fácil como parece
2: DECIDIR, ¿cuás es nuestro pilar? 
3: HABLAR DE DIOS, no guardarlo en secreto
4: INTERÉS por el otro, olvídate de tu propio ombligo
5: PERDÓN, pedir perdón y perdonar –también perdonarnos-
6: CUIDAR a los cercanos, la monotonía nos hace olvidar sus necesidades
7: BUSCAR, salir de nuestra comodidad para encontrarnos con el otro
8: CONFIAR, abandonar el miedo, para Dios nada es imposible
9: ACTUAR DESDE EL AMOR y construir el Reino de Dios desde la ternura
10: ALEGRÍA porque Dios nos eligió para comunicarla 
11: ORACIÓN, cambia algo cotidiano por unos minutos de oración serena
12: SACRIFICIO: realiza uno pequeño por amor a Dios y a tus hermanos
13: ESCUCHAR sin prejuicios  y con empatía
14: SINCERIDAD aunque suponga reconocer que somos pequeños
15: AMABILIDAD con los que te rodean, aunque se presente algo inoportuno
16: ENCONTRAR la magia de los pequeños milagros de tu día
17: LLAMAR a ese familiar que menos hables
18: RENUNCIAR  a alguno de tus planes para ser feliz a otro
19: SORPRESA, sorpréndete con la hermosura de la naturaleza
20: ACEPTAR las bendiciones de tu día, sin pensar en lo que no tienes
21: IR A MISA, aunque no fuese tu plan para dar gracias a Dios
22:  ALABAR la acción de Dios en tu vida, aunque no siempre la entiendas
23: PREPARAR EL CORAZÓN, que el ruido y las luces no te quiten recogimiento espiritual
24: FAMILIA, celebra en familia la gran noticia

jueves, 25 de noviembre de 2010

Corona de Adviento


La Corona de Adviento consiste en una corona de ramos verdes, adornada con cintas, flores y frutos de la estación, sobre la cuál se colocan cuatro cirios. Se arma en las parroquias y en las casas de familia. Pueden ser bendecidas por un sacerdote. 

Los cirios representan los cuatro domingos del Tiempo de Adviento y se van encendiendo uno cada domingo.  Pueden ser de cualquier color, sin embargo tradicionalmente son tres de color morado o violeta (los que corresponden a los domingos primero, segundo y cuarto) y uno de color rosa (el correspondiente al tercero). Esta distribución y el color es reflejo de la liturgia de este tiempo, en el que se utilizan los ornamentos morados.

La Corona de Adviento, cuyas cuatro luces se encienden progresivamente, domingo tras domingo hasta la solemnidad de Navidad, es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de Cristo y símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera, hasta el amanecer del Sol de Justicia (cfr. Mal 3, 20; Lc 1, 78).

¿Cómo hacer que la Corona de Adviento, no se convierta en un signo "vacío"? Es importante acompañar el encendido de cada vela con  oración.
Un dato importante: las velas se encienden sólo para acompañar la oración y no se dejan ardiendo para que se consuman. La idea es que a medida que se acerca la Navidad haya más luz en la Corona. Por ello, la oración no debe ser muy larga, para conservar las velas hasta el fin del Adviento. 

Explica el Bendicional Romano: La "Corona de Adviento" o "Corona de las luces de adviento", es un signo que expresa la alegría del tiempo de preparación a la Navidad. 
La luz indica el camino, aleja el miedo y favorece la comunión. La luz es un símbolo de Jesucristo, luz del mundo. 

El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona muestra la ascensión gradual hacia la plenitud de la luz de Navidad. En la Noche Buena, podemos dejar encendidas las cuatro velas hasta que se consuman, y con esa luz, encender una vela blanca.  


El color verde de la corona significa la vida y la esperanza. La corona de Adviento es, pues, un símbolo de la esperanza,  que la luz y la vida triunfarán sobre las tinieblas y la muerte. Porque el Hijo de Dios se ha hecho hombre por nosotros, y con su muerte nos ha dado verdadera vida.

Fuente: Nichán Eduardo Guiridlian Guarino http://www.juventutem.com.ar

ADVIENTO 2010: Reflexiones de Monseñor Arancedo


La Iglesia nos invita a iniciar el Tiempo de Adviento, como preparación a la Fiesta de Navidad. La vida cristiana sólo se entiende en términos de encuentro con Jesucristo; este hecho, el ser un “encuentro”, hace de la preparación un aspecto esencial. Todo encuentro para que sea fecundo necesita de una preparación. Encuentro es apertura, espera y comunión. La vida cristiana no es ajena a esta dinámica, no es algo mágico ni mecánico, sino el encuentro del amor de Dios con la libertad del hombre.
Nuestra libertad, incluso frente a Dios, es signo de grandeza y responsabilidad. La liturgia, en su rica pedagogía, dispone de tiempos de preparación para este renovado encuentro con Dios que viene a nosotros en Jesucristo.

Cuando hablamos de preparación creo que es oportuno recordar la parábola del Sembrador. En ella es tan importante la vitalidad de la semilla como la riqueza del suelo. La semilla siempre conservará su poder, pero necesita de la disponibilidad de la tierra. Conocemos los términos de esta parábola, que es bueno releerla, sólo retengo el final: “Y los que reciben la semilla en tierra buena, son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno” (Lc. 4, 1-20). Definir la vida cristiana en términos de encuentro con Jesucristo, nos permite no instalarnos en esa cómoda y aparente certeza de lo adquirido y conocido que, cuántas veces, empobrece nuestro nivel espiritual y fervor misionero. Hacemos del cristianismo una práctica que nos contiene y da seguridad, pero que no siempre nos hace testigos gozosos de una Vida Nueva.

En este Tiempo la Iglesia nos hablará a través de propuestas y testigos. En primer lugar nos señalará la importancia de la oración, como respuesta a una lectura orante de la Biblia. La oración es signo de la presencia del Espíritu Santo que nos mueve hacia ese encuentro con Jesucristo. Palabra y oración equivale a decir, Jesucristo y Espíritu en el plan de Dios. Este es el contexto en el que crece la vida cristiana. También nos hablará de la práctica del ayuno como expresión de penitencia, de dominio personal y actitud de servicio a nuestros hermanos más necesitados. El horizonte del ayuno es la caridad. Finalmente nos propone intensificar nuestra limosna, como gesto de privación, austeridad y de solidaridad con quienes menos tienen. A estas enseñanzas hay que vivirlas desde la fe, para descubrir en ellas su profundo sentido de comunión con Dios y de servicio.

Los testigos son hombres elegidos por Dios, para anunciar la llegada del Señor y acompañar nuestro camino hacia él. Así, Isaías nos dirá: “Preparen en el desierto el camino del Señor” (Is. 40, 3), para agregar: “No temas, porque yo estoy contigo, no te inquietes, porque yo soy tu Dios” (Is. 41, 10). La profecía es la certeza de la presencia de Dios que mantiene viva la esperanza de su pueblo. Juan Bautista, el Precursor, nos señala la llegada de la salvación esperada: el tiempo se ha cumplido, y señalándolo a Jesús, nos dice: “Este es el Cordero de Dios” (Jn. 1, 29). Tiempo de espera y de cumplimiento. Estas dos figuras nos presentan, a través de sus palabras y testimonio, la riqueza de una Presencia anunciada y actual, que nos llama a un encuentro siempre nuevo.

En la persona de María Santísima, “la hija de Sión, la alegría de Israel y el orgullo de nuestro pueblo”, el tiempo alcanza su plenitud y se nos entrega el Salvador. “Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor” (Lc. 1, 45), es el saludo de su prima Isabel y el mayor reconocimiento a su actitud de fe y confianza en Dios. Ella nos sigue enseñando, desde el hoy del Evangelio, a vivir este tiempo de preparación y encuentro con el Señor. Disponibilidad a la obra de Dios, Comunión en el camino de su Hijo y conciencia de la Misión, son tres momentos en la vida de la Virgen María. Disponibilidad como apertura, Comunión como estilo de vida y Misión como compromiso con la obra de su Hijo, tienen que ser para nosotros, en nuestro peregrinar como Iglesia, un ideal en el camino de preparación a la celebración del nacimiento de Nuestro Señor.

Vivimos este Adviento, además, en el contexto pastoral de la Iglesia en Argentina que nos ha propuesto caminar bajo el lema: “Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad”. Para ello, hemos presentado aportes que se orientan a recrear las condiciones de vida para una nueva Nación. Esto también debe formar parte de nuestra vida cristiana. La fe no nos aleja de lo concreto de nuestra historia y sus circunstancias, por el contrario, ella nos compromete a trabajar por su presente y futuro. Recordemos que Jesús lloró por su Patria, Jerusalén, porque la amaba. Entre las metas que nos hemos propuesto me voy a referir sólo a la primera, que nos habla de la familia y de la vida. En ella podemos encontrar elementos de reflexión y de examen de conciencia, para este tiempo de preparación que debe ser tiempo de conversión y de compromiso ciudadano.

“Recuperar el respeto por la familia y por la vida en todas sus formas”. Familia y vida son resonancias de nuestra fe en un Dios que nos ha revelado su designio de amor y salvación. No estamos ante hechos coyunturales o sólo culturales y, por lo mismo, sin una identidad propia y permanente. Podemos, por ello, hablar y anunciar el Evangelio de la Vida y de la Familia, como realidades que tienen su fuente en Dios y su plenitud de gracia en Jesucristo. Decir Evangelio es decir anuncio. Si bien el sentido de estas verdades las podemos comprender y explicar en el plano humano como científico sin recurrir a la fe, sin embargo ella nos descubre el significado último y trascendente que tiene la vida del hombre como obra de Dios. La ley nueva de este Reino es, precisamente, el Evangelio de las Bienaventuranzas (Mt 5,3-12). Hemos sido creados para participar en la bienaventuranza del Reino de Dios. La dignidad humana tiene su primer principio en el derecho a la vida y su destino último la plenitud de vida en el Reino de Dios. Aquí se encuentran la fe y la razón, “como las dos alas con las cuales el espíritu humano contempla la verdad” (F. R. 1). (...)

Queridos hermanos, tratemos de vivir este tiempo de Adviento como un tiempo de preparación y de gracia en nuestra vida, en nuestras familias y comunidades cristianas. Que la liturgia, con su sabia pedagogía celebrativa, nos vaya guiando en este camino de conversión, para disponernos a la alegría de un renovado encuentro con Jesucristo. Reciban junto a mi afecto y oraciones, mi bendición en el Señor Jesús y María Nuestra Madre de Guadalupe.

martes, 23 de noviembre de 2010

26 de noviembre

PARA MARÍA CECILIA CASINI 


Misa por el eterno descanso del Padre Carrón

Al cumplirse un mes del fallecimiento del padre Gabriel Carrón se celebrará una misa en su memoria el día jueves 25 de noviembre a las 20 hs. en la "Casa San Dimas" ubicada en San Jerónimo 3139. Dicha misa estará presidida por monseñor Moisés Blanchoud. 


Ese mismo día también se celebrará la Eucaristía por el eterno descanso de su alma en la Comunidad de San Jerónimo del Sauce, presidida por el Pbro. Jorge Montini


lunes, 22 de noviembre de 2010

Vigilia por la Vida


El próximo sábado 27 de noviembre el Papa Benedicto XVI   presidirá una "VIGILIA DE ORACIÓN POR LA VIDA", con ocasión del inicio litúrgico del tiempo de Adviento.

El lema que ha elegido para esta jornada es: “LA DEFENSA DE LA VIDA QUE NACE”. En la convocatoria a participar de la misma se señala que  "todos nosotros somos concientes de los peligros que amenazan hoy la vida humana a causa de la cultura relativista y utilitarista que ofusca la percepción de la dignidad propia de cada persona humana, cualquiera que sea el estadio de su desarrollo. Estamos llamados más que nunca a ser “el pueblo de la vida” (Juan Pablo II. Encíclica Evangelium vitae, n. 79) con la oración y el compromiso"

La Iglesia Santafesina se unirá a dicha vigilia en sus diferentes parroquias. Monseñor Arancedo manifiesta que "esta iniciativa nos ayuda a profundizar el sentido único e irrepetible de toda vida humana. Además de la oración, que es la base de toda acción cristiana, como de la clara palabra docente, debemos comprometernos en todo aquello que esté a nuestro alcance para acompañar la vida naciente".

domingo, 21 de noviembre de 2010

20 DE NOVIEMBRE - Día de la Soberanía Nacional

La vuelta de Obligado, obra de Ricardo Campodónico

A pedido del historiador José María Rosa y por medio de la Ley Nº 20.770, se ha instaurado el 20 de noviembre como Día de la Soberanía Nacional, en conmemoración de la batalla de Vuelta de Obligado. Por las condiciones en que se dio esa batalla, por la valentía de los argentinos que participaron en ella y por sus consecuencias, es reconocida como modelo y ejemplo de sacrificio en pos de nuestra soberanía.

Ocurrió en 1845, en un contexto político interno muy complejo y con profundas divisiones, que propiciaron un nuevo intento de dos potencias europeas (Francia e Inglaterra) por colonizar algunas regiones de nuestro país.

Gobernaba Rosas, San Martín lo apoyaba desde su exilio y en todo el país se oyó el deseo de seguir siendo una nación libre y no una colonia extranjera, aun a costa del enorme sacrificio que ello significaría. Si hasta el autor del Himno Nacional, Vicente López y Planes, arengaba a nuestro pueblo ante el avance de las fuerzas anglo-francesas por el Río de la Plata:

“¡Morir antes, heroicos argentinos,
que de la libertad caiga este templo.
Daremos a la América alto ejemplo
que enseñe a defender la libertad!”

El propósito de los invasores era ingresar por el Paraná, a lo que el gobierno argentino se anticipó preparando la resistencia al mando de Lucio Mansilla en un lugar cercano a San Pedro: Vuelta de Obligado. Las fuerzas enemigas superaban ampliamente, en número y en modernidad de su armamento, a las argentinas, que tras 7 horas de lucha fueron desplazadas.

Sin embargo, aunque pudo franquear el paso hacia el Paraná, el enemigo no pudo ocupar las costas (de vital necesidad estratégica), por lo cual su victoria no fue completa. En cambio, se vigorizó el espíritu nacional y desde todo el mundo los mensajes favorecían la defensa de nuestra soberanía, que finalmente resultó reforzada. Para darnos una idea de cuánto significaba la defensa de nuestro suelo para quienes lucharon en aquella batalla, vale mencionar algunas de las emocionantes palabras de Mansilla a su gente antes del combate:

“¡Valientes soldados federales, defensores denodados de la Independencia de la República y de la América!; ahí vienen nuestros enemigos, sostenidos por los codiciosos marinos de Francia e Inglaterra, navegando las aguas del gran Paraná, sobre cuyas costas estamos para privar su navegación bajo de otra bandera que no sea la Nacional... ¡Vedlos camaradas, allí los tenéis!... Considerad el tamaño del insulto que vienen haciendo a la soberanía de nuestra Patria, al navegar un río que corre por el territorio de nuestra República, sin más título que la fuerza con que se creen poderosos. ¡Pero se engañan esos miserables: aquí no lo serán! ¿No es verdad camaradas? ¡Vamos a probarlo! Tremole en el río Paraná y en sus costas el pabellón azul y blanco, y muramos todos antes de verlo bajar de donde flamea.”

Muchos de los que escucharon esta arenga no regresaron a su casa. Murieron defendiendo a su patria con un concepto muy claro y muy básico de “soberanía”: que el invasor vuelva a su lugar, porque esta tierra es nuestra y de nuestros descendientes. 


El notable espíritu de resistencia manifestado en Vuelta de Obligado terminó de ratificar nuestra condición de nación libre e independiente, por cuanto aun quienes no simpatizaban con Rosas cayeron en la cuenta de que dejarse conquistar por fuerzas extranjeras no era una salida, y que el pueblo no iba a dejar que ello ocurriera.

El propósito de esta conmemoración, es contribuir a fortalecer el espíritu nacional de los argentinos, y recordar que la Patria se hizo con coraje y heroísmo.


Fuente: EDUCARED

SÍMBOLOS O IMÁGENES RELIGIOSAS

La presencia de símbolos religiosos tiene una razón de ser en la vida e historia de una comunidad que hay que saber leer y respetar. No se puede borrar la historia religiosa o cultural de un pueblo desde una aparente actitud de progresismo cultural. Los momentos mayores de nuestra historia estuvieron marcados o presididos por una referencia explícita y pública a Dios. Pienso en nuestra Constitución Nacional, que al tiempo que abría las puertas de la Patria naciente a "todos los hombres del mundo que quieran habitar en suelo argentino", no ocultaba una invocación a Dios "fuente de toda razón y justicia", y presidía ese acto solemne un crucifijo, símbolo de la fe cristiana.

El justo orgullo de ser "cuna de la Constitución", no nos debería hacer olvidar las raíces y razones de fe de nuestros mayores de la cual somos herederos, y en la cual hemos crecido. Ellos no discriminaron a nadie, por el contrario su fe los hizo abiertos a todos y respetuosos de todos. También a nosotros, como santafesinos, nos acompaña la devoción a la Virgen de Guadalupe que ha sido proclamada nuestra patrona. Negar esta presencia es, también, un acto reñido con la pacífica, religiosa y tolerante historia de nuestra provincia. Por el contrario, considero que estamos ante un planteo injusto porque no reconoce raíces ni historia. Es, además, plantear problemas que no existen, es confrontar gratuitamente.

En estos días veía la visita del Papa a Compostela con todo el simbolismo religioso y cultural del camino a Santiago, con sus características cruces en los caminos. Podríamos multiplicar los ejemplos a lo largo del mundo. Pensemos en nuestra Patria, por ejemplo en Itatí de Corrientes, o en la Virgen del Valle de Catamarca. A nadie se le puede ocurrir pensar en discriminación por la presencia de estas imágenes que tienen una razón de ser en la comunidad. Espero que en el tratamiento de este tema haya madurez histórica, respeto social y prudencia política en nuestros legisladores.

Mons. José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

lunes, 15 de noviembre de 2010

15 de noviembre: Fundación de Santa Fe de la Vera Cruz


(...) Garay, observaba las costas del Paraná.

La margen izquierda estaba defendida por muralla de sus barrancas, mientras la margen derecha se agazapaba entre los árboles esperando inexorable castigo de las inundaciones. sin embargo, Garay se internó en un brazo del Paraná sobre la margen derecha y fundó Santa Fe, del lado de "la tierra", para que por su "puerta" entraran los hombres de Asunción siguiendo el mejor camino que les llevaba al Perú.

No fue un acto solemne y espectacular como el de las fundaciones evocados por los cuadros de historia.
No hubo allí gente arrodillada, ni besos a la tierra, ni brazos eclesiásticos bendiciendo el ámbito de la nueva ciudad (...)

No se hizo tampoco alarde militar ni ostentación de armas, que sólo llevaban algunas espadas mal templadas y algunos arcabuces paraguayos; ni lucieron allí tampoco los pintorescos trajes de la época, que los compañeros del fundador iban tan sucios y andrajosos, lo dice Juan Álvarez en su "Ensayo sobre la historia de Santa Fe, que los indios les llamaban los ahumados. 

                           Agustín Zapata Gollán, "Las puertas de la tierra" 
                                                            

MARGINALIDAD Y EL FUTURO

Un tema recurrente en los análisis de los "observatorios sociales", que trabajan sobre datos estadísticos serios y confiables, es el de la marginalidad y la exclusión. Se trata de un hecho que por su magnitud y consecuencias sociales, trasciende el tratamiento que pueden dar, y gracias a Dios lo dan, diversas instituciones abocadas con su trabajo y testimonio a la tarea en estos sectores. La marginalidad va creando una sociedad al margen con sus propios códigos, una suerte de realidad social dentro y al margen de la sociedad.

Algunos dicen que se va gestando una "sociedad dual", en la que crecen "unos" y "otros", sin un horizonte de encuentro. Los problemas se agravan en los cinturones de las ciudades donde se advierte, incluso, un: "Déficit de acceso a Servicios Públicos Domiciliarios y de Infraestructura Urbana" (Observatorio Deuda Social). Estamos ante un problema que compromete seriamente el futuro.

Es recurrente, también, decir que es un tema de agenda política y que necesita de "políticas de estado", para dar soluciones que requieren tiempos mayores a lo breve de un gobierno. Creo que en esto todos estamos de acuerdo. Lo que no aparece con claridad es la posibilidad y decisión de implementar esas políticas. El retraso  agranda el problema, dado que esta situación tiene un avance en términos de progresión geométrica. Creo que a una lectura social de la realidad debemos agregarle una lectura moral, porque es el hombre el que crece en una orfandad de afecto, de ideales y de calidad de vida, que lo lleva a refugiarse en un presente sin futuro. Es el hombre el que debe ser cuidado. La responsabilidad social es una actitud moral que se expresa en una respuesta comprometida frente a un hecho. Lo que atenta contra esta actitud es el individualismo que nos aísla y quiebra lazos de solidaridad. Todo hombre es mi hermano es el primer principio de la moral social. Ante esta realidad hemos propuesto como Obispos un objetivo a alcanzar: la inclusión social. A estas ideas las presentamos en un documento que llamamos: "Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad".

Voy a señalar dos aspectos que considero importantes para este tema en el documento. Uno referido a lo personal y el otro a la vida institucional. Respecto a lo primero nos preguntábamos: ¿Qué estilo de liderazgo necesitamos hoy? Es fundamental, decíamos, alentar un estilo de liderazgo centrado en el servicio al prójimo y al bien común. En este sentido adquiere todo su valor el testimonio, como expresión de coherencia y ejemplaridad. La confianza necesita del testimonio. Por otra parte, el verdadero liderazgo "supera la omnipotencia del poder y no se conforma con la mera gestión de urgencias". Tiene libertad frente al poder que ejerce, porque vive al servicio del bien común. En segundo lugar, decíamos: "Fortalecer las instituciones republicanas, el Estado y las organizaciones de la sociedad". Puede parecer que esto no es urgente, sin embargo, "la calidad de vida de las personas está vinculada a la salud de las instituciones de la Constitución". La obediencia a las instituciones pone límites y da ejemplaridad al ejercicio del poder, creando las condiciones para que, en la justa alternancia del poder, se puedan llevar adelante políticas de Estado. La calidad institucional, concluíamos, "es el camino más seguro para lograr la inclusión social".

Reciban junto a mi estima y oraciones, mi bendición en el Señor.
Mons. José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Leyenda de la guitarra criolla

10 de noviembre: Día de la Tradición 
Las leyendas portan los modos de sentir y pensar de los pueblos, transmitidas oralmente de generación en generación, a través del tiempo. Su relato promueve el contacto entre adultos,niños y jóvenes a través de la palabra, la cultura y las tradiciones, lo que contribuye a   sostener nuestra propia identidad como país.


En las soledades de las sierras fue a vivir un gaucho con su esposa en un ranchito humilde, pero que tenía la alegría de los hogares bien constituidos.

La vida pasaba sin sobresaltos en total calma, hasta que una tarde llega por el lugar un forastero de mala vida, que aprovechando que el gaucho estaba en plena tarea del campo, quiso conquistar el amor de la mujer, quien se resistió con todas sus fuerzas y grito desesperadamente pidiendo ayuda a su marido, el que al escucharla regreso presuroso en su caballo.

Al llegar a su rancho ya era tarde, el mal hombre había herido con su puñal de muerte a la mujer y caida en el suelo se desangraba. El esposo busco al asesino, pero este al darse cuenta del daño que había causado puso pies en polvorosa.
El pobre gaucho quedo allí acongojado, triste pensando en la compañera que ya estaba con Dios, y así abrazo con ternura el cuerpo de la mujer durante toda la noche hasta quedarse dormido.

Dios se apiado de él y al otro día al despertarse, encontró entre sus brazos un instrumento de cuerdas y con las formas ondulantes del de las caderas de una mujer.
Desde ese momento el gaucho que esta solo, ya tiene una compañera, la fiel guitarra criolla.

Formación de laicos en Doctrina Social de la Iglesia

El papa Benedicto XVI envió un mensaje al cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, con motivo de la asamblea plenaria, que se celebra estos días en Roma, sobre la recepción de la Encíclica "Caritas in veritate" en los diferentes continentes.

     "Sólo con la caridad, sostenida por la esperanza e iluminada por la luz de la fe y de la razón -escribe el Santo Padre-, es posible conseguir objetivos de la liberación integral del ser humano y de justicia universal".

     Refiriéndose a los "problemas fundamentales que afectan al destino de las naciones y de las instituciones mundiales, así como de la familia humana", de los que habla en la "Caritas in veritate", Benedicto XVI señala que los desequilibrios sociales, nacionales, etc, "en modo alguno han desaparecido. La coordinación entre los Estados -a menudo inadecuada, porque se orienta a la búsqueda de un equilibrio de poder, en lugar de a la solidaridad- da lugar a desigualdades, al peligro del dominio de grupos económicos y financieros que dictan -y quieren seguir haciéndolo- la agenda política, a expensas del bien común universal".

     El Santo Padre subraya que es urgente "la formación del laicado católico en la doctrina social de la Iglesia. Los fieles laicos deben comprometerse para promover una recta configuración de la vida social, respetando la legítima autonomía de las realidades terrenas".

     "Es muy importante -continúa- una comprensión profunda de la doctrina social de la Iglesia, en armonía con todo su patrimonio teológico y fuertemente enraizada en la afirmación de la dignidad trascendente del hombre, en la defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, y de la libertad religiosa. Es necesario preparar a fieles laicos capaces de dedicarse al bien común, especialmente en los ámbitos más complejos, como el mundo de la política".

     El Papa expresa el deseo de que el Consejo Pontificio Justicia y Paz siga "llevando a cabo la actualización de la doctrina social de la Iglesia", y para globalizarla "es oportuno que crezcan centros e institutos para el estudio, difusión y aplicación en todo el mundo".

     "En colaboración con otros, el dicasterio -concluye- busque vías más apropiadas para la transmisión de la doctrina social, no sólo en los tradicionales itinerarios formativos y educativos cristianos de todo tipo y grado, sino también en los grandes centros de formación del pensamiento mundial, como los grandes medios de comunicación ‘laicos’, las universidades y los numerosos centros de reflexión económica y social, que recientemente se han desarrollado en todos los rincones del mundo".+

Fuente: AICA  4 de noviembre, 2010